miércoles, 19 de agosto de 2009

Las Edades de Lulú y Lou Reed, gran combinación



Os dejo un nuevo video. Es uno de los mejores momentos de la película "Las Edades de Lulú", basada en la novela del mismo nombre escrita por Almudena Grandes. Quizás no sea la escena más fuerte, pero sí una de las más eróticas y sensuales, gracias, en parte, a la música de Lou Reed.

Para aquellos que no sepán la historía de Lulú, tanto la película como la novela, cuentan la historia de la pequeña Lulú, enamorada del mejor amigo de su hermano. Con apenas 15 años, Lulú conoce de la mano de Pablo el placer del sexo, entrando en un camino de excesos y locuras que la llevan a situaciones complicadas y en las que pondrá en juego su propia vida. La novela aporta, sin lugar a dudas, una mejor visión de la historía y ayuda a comprender ciertos matices que, en la película quedan un poco difuminados.

Seguiré excitando...

viernes, 31 de julio de 2009

TU BESO Y TU ABRAZO EN LA OSCURIDAD

Tan cerca y tan lejos, tan fácil y tan dificil, tan tentador y tan prohibido

Sonaban en la radio los pitos de las dos de la mañana, cuando mi móvil vibraba sobre la cama. Era la señal convenida. Acababas de llegar, y esperabas en mi portal a que bajase a abrirte para no despertar a mi compañera de piso con el ruido del timbre.

Tus ojos hinchados reflejaban las lagrimas que había oído hacía un rato cuando hablamos por teléfono. Un nuevo mamón se había cruzado en tu vida y te habías vuelto a llevar un palo, al confiar secretos, fantasías e ilusiones en quien no debías. Te ofrecí venir y pasar conmigo la noche, sin mas pretensión. Ambos sabíamos que aquella no era la noche para la pasión y el desenfreno, sino para el abrazo y el cariño.

Subimos a mi casa, rechazaste beber o comer algo. No tenías ganas de mucho, solo de tumbarte y sentirte querida. Entramos en la habitación, la luz apagada permitía que las luces de la calle entrasen por la ventana abierta y la persona subida. Te abrazaste a mí y solo pude apretarte contra mi. Querías sentirme cerca y pude apreciar como respirabas reconfortada ante el abrazo que, de pie, junto a mi cama, en el que nos encontrábamos.

Me susurraste, -no enciendas la luz, dejame dormir a tu lado- lentamente te separaste de mi, te acercaste a la ventana y pude apreciar tu silueta, fina y delgada, a contraluz. Tu pelo rizado, recogido en una coleta, pronto se vio libre, cayendo sobre tus hombros.

Aprecié como tus manos tiraban hacia arriba de tu camiseta, dejando al descubierto tus pechos tersos y tentadores. Tus manos se dedicaron a abrir, uno por uno, los botones de tus vaqueros, que bajaste con gran habilidad, la escasa luz no me dejo ver tu tanga, pero sí como corría la misma suerte que tus pantalones.

Te acercaste a mí, me volviste a abrazar y en esta ocasión no pude reprimir besarte en los labios. Fue un roce, un simple roce, lleno de cariño y de comprensión. Suave y delicado, tierno y delicioso. Lo correspondiste con la misma intensidad pero con mayor sentimiento, mientras te abrazabas a mí con más fuerza aun.

Te acaricie el pelo mientras nos tumbábamos en la cama. Baje mis bermudas quedándome igual que tú, sin ropa. Ya sobre la cama, volviste a abrazarme, nuestros ojos se cruzaban en la penumbra de la habitación, nuestros cuerpos se sentían cercanos y unidos, tu pecho sobre el mio, nuestras cabezas cerca, muy cerca, nuestros sexos el uno al alcance del otro y nuestras bocas tan cerca que no pudimos reprimir seguir con tiernos besos, hasta caer dormidos los dos.

martes, 14 de julio de 2009

5 HISTORIAS PARA ELLAS

Os prometí en uno de mis anteriores blogs que traería novedades. Y aquí están. Aprovechando mi nuevo ordenador, voy a comenzar a subir videos de las mejores películas eróticas que conozco, de manera que pretendo alternar relatos y películas.

Si queréis ver los videos más excitantes de las mejores series y películas eróticas, visita el nuevo blog de Is Only Pleasure !!!

Ver la película Cinco Historias para Ellas on-line

Hoy he escogido Cinco Historias Para Ellas, una película cuya promoción se ha centrado en vender que es "cine erótico de mujer para mujer". Como odio y detesto todo este tipo de encasillamientos, debo decir que la considero una muy buena película, con historias llenas de morbo y pasión, con toques de diversión y sobre todo muy excitante.

Escenas más eróticas de Cinco Historias para Ellas

Como su propio nombre indica, esta cinta recoge 5 historias que tocan diversos palos del sexo, del lésbico al gay, pasando por los trios, las fantasías o el sexo inesperado con un desconocido. Os invito a descubrir esta cinta (acompañada de música de Marlango) y a ver la película entera.




Seguiremos exitando ,,,,

jueves, 18 de junio de 2009

AMOR SOBRE EL MAR

Vota por este relato en Bitacoras.com y recuerda compartirlo con tus amistades !!!! Gracias !!!

votar


Beep Beep, tu móvil suena y se revuelve en tu mesilla anunciando la llegada de un nuevo mensaje. Abres la tapa y comienzas a leer el texto del mensaje. “Iberia le agradece que elija la clase business para su viaje a Itaparíca. Su código de embarque es el ER5432YT. Podrá embarcar en la terminal 4 de Madrid-Barajas desde las 3 de la tarde del 4 de julio de 2009”. Perpleja vuelves a leer el mensaje para convencerte de lo que acabas de leer y comienzas a repasar el calendario. Sobresaltada te das cuenta de que apenas que queda un día para hacer la maleta y preparar todo.

Beep Beep, otro mensaje llega a tu teléfono “No lleves nada, solo tu cuerpo, tu sonrisa, tu sensualidad y tu pasión sin límites. Yo me encargo de todo”. Comienzas a comprobar que cuando te dije que cuidaría de ti, era cierto. Que cuando te prometí sorpresas y emoción, no mentía. Que pondría a tus pies todo lo que fuese mío para que cada minuto conmigo fuese especial.

Deseabas verme, cada minuto que pasaba antes de ir al aeropuerto era un minuto menos para estar junto a mí, para sentir mi calor, para juntar tu cuerpo al mío, uniendo nuestros labios en apasionados e infinitos besos, fusionando nuestros sexos en movimientos profundos e intensos, esperando que cada momento suponga incrementar el placer del anterior.

Desde primera hora comenzaste a prepararte. Te depilaste por completo, salvo una pequeña línea de vello en tu pubis, tal y como te dije que me gustaba. Elegiste con especial cuidado tu ropa. Optaste por un vestido negro de tirantes, ajustado a tu cuerpo, que resaltaba tu esbelta figura. Buscaste entre tu ropa interior hasta que encontraste un conjunto que compraste hace tiempo. También de color negro y formado con una braguita de encaje, un liguero y dos medias que con delicadeza subiste por tus piernas infinitas, hasta cerrar el enganche sobre ellas. Tu pecho, redondo y joven, encajó perfectamente en la suavidad de la seda del vestido, permitiendo a cualquiera que te viese intuir la perfecta forma de tu pecho.

Dos pequeñas lágrimas de azabache adornaban tus orejas y una cadena con un colgante en forma de rombo, ambos de oro blanco, y con un diamante en el centro, completaban tu atuendo que culminaste con unas gotas de Imperial Majesty, que dejaste deslizar por tu cuello. Unos zapatos negros, a juego con tu vestido y con un pequeño tacón son el último complemento en tu vestuario.

El taxi te condujo rápidamente por las carreteras de Madrid hasta la Terminal 4. Cerraste los ojos e imaginaste lo que dentro de unas horas ocurriría. Tu cuerpo, relajado tras varias copas y tras una suculenta cena en el bungalow acuático que reserve, se mece en una hamaca bajo el estrellado cielo de Indonesia, al ritmo que marca la ligera brisa que recorre la costa y que origina una suave marea que acompaña la suave música que suena en el equipo de música.

Recorres los pasillos de Barajas apreciando a cada paso que das las gotas de humedad que comienzan a aflorar entre tu pierna. Haces rápidamente el check-in gracias al mostrador business y te diriges, tras embarcar, a la sala VIP, donde te reciben con una copa de champán. Te sientas en una de las butacas y nuevamente dejas volar tu mente. Tu vestido se ha recogido en tu cintura y te observo desde el dormitorio del bungalow. Aprecio tus ojos cerrados, veo como tus manos recorren tu cuerpo suavemente. Me acerco despacio y acaricio tu pelo. Abres tus ojos, brillan de pasión y sensualidad, me dicen que deseas un beso y te complazco. Me vuelven a mirar y me vuelven a pedir que te bese. Me acerco a tus labios y noto como tus manos rodean mi cuello y me unen a ti, haciendo casi imposible que nos separemos.

Embarcas y aun no me has encontrado, no sabes donde puedo estar y comienzas a buscarme entre los pasajeros de business. No me ves. Nerviosa ocupas tu asiento y vuelves a llevar tu mente a Indonesia. He cogido tu mano y te he llevado hasta la habitación. Un enorme colchón, situado enfrente de un gran ventanal preside el dormitorio. La luna entra por la ventana y te sitúas entre la cama y el cristal. Me tumbo en la cama y observo como dejas caer tus tirantes para que tu vestido caíga al suelo. La luna moldea tu cuerpo que ya deseo poseer, te acercas a mi, tu pecho desnudo recorre mi cuerpo, tu ropa interior toza mi piel, tus labios desean sentir míos tuyos y mientras la azafata nos enseña como ponernos el chaleco, cumplo tu deseo mientras te susurro “¿me amaras esta noche sobre el océano?”.


Vota por este relato en Bitacoras.com y recuerda compartirlo con tus amistades !!!! Gracias !!!

votar


martes, 12 de mayo de 2009

TU FANTASÍA (2ª Parte)

¿Te gusta IS ONLY PLEASURE? Pincha en este botón y promociona el blog en Bitácoras.com !!!

votar


Parte de este relato ha sido inspirado por una amiga, a ella gracias !! Acepto sugerencias para la tercera parte.

Me levanto raudo de mi cama, detengo el video y aunque no las tengo todas conmigo, mi instinto me dices que eres tú, que has vencido tus miedos y tus ataduras y has aceptado mi invitación y mi propuesta. Cierro mi pantalón, y cojo una camiseta que rápidamente me pongo mientras camino apresurado hasta la entrada. Nervioso descuelgo el telefonillo, y oigo una voz nerviosa, casi tanto como la mía, que dice “soy yo”.

Abro sin dudar y espero junto a la puerta. La locura que estábamos a punto de cometer nos excitaba a los dos. Jamás habíamos quedado y tan solo habíamos tenido una conversación a través de la web cam. Sin embargo, nuestras conversaciones nos habían puesto a mil y ambos habíamos confesado como tuvimos que jugar con nosotros mismos tras coincidir en el MSN.

Por fin oigo el ruido de las puertas del ascensor, el escaso minuto que has tardado en subir se me ha hecho eterno, he repasado mentalmente la llamada que te hice hace apenas una hora. La conversación terminó tras darte mi dirección y con un “aquí te espero” por mi parte.

Sin darme tiempo a decirte hola, me besas de manera insaciable, introduces tu lengua en mi boca y yo correspondo tu movimiento, atacando con fuerza tu boca. No puedo reprimir una mirada de sorpresa cuando momentáneamente nos alejamos. Puedo apreciar como tu pantalón vaquero se ajusta a tus piernas y a tu cintura, como tu camiseta verde hace juego con tus pendientes, al tiempo que me permite ver una parte de los pechos que ya pude apreciar en tu webcam.

Vuelves a besarme, te entretienes en mis labios. Despacio, recorres mi labio inferior con mi lengua, levemente. Me dejo hacer. Me gusta sentirte cerca de mí, me excita saber que es la primera vez que nos vemos y que lo primero que hacemos es besarnos de esa manera.

Recorremos el pasillo de mi casa a trompicones, evitamos los muebles milagrosamente y llegamos al salón. A cada paso que damos, me besas más apasionadamente. Lo que era una simple caricia con tu lengua, se convierte en algún que otro mordisco en mis labios y en tu lengua recorriendo todos los rincones de mi boca.

Sigues besándome y noto tus manos por encima del pantalón. Notas mi excitación, fácilmente detectable por el tamaño de mi bulto. Desabrochas el primer botón para, a continuación, sacarme la camiseta y acariciar mi pecho y besar mis pezones duros.

Tu boca parece insaciable, no se cansa de besarme y tus manos acarician mi espalda antes de lanzarme al sofá. Observo como respiras rápidamente, tu mirada me mira con lascivia y deduzco que estas superexitada, pienso en como habrá sido el trayecto hasta mi casa. Te imagino en el coche, pensando en lo que estabas a punto de hacer, en como habrás cerrado tus piernas, frotando una con la otra, en cada semáforo. Imagino tu coñito empapado y tu lucha por no tocarte y llegar a mi casa intacta.

Sigo observándote desde el sofá, tengo ganar de sentirte junto a mí, de tocarte y sentir tu piel sobre la mía. Intento incorporarme y acercarme a ti, pero no me dejas. Vuelves a empujarme contra el sofá y aún de pie, te quitas tu camiseta. Tu pecho generoso se muestra oculto bajo un sujetador negro de encaje, me deleito con esa maravillosa visión y con tus manos recorres tu cuerpo, insinuando cada curva y cada rincón de tu cuerpo. Juntas los dedos de tus manos y simulas un triangulo que sitúas sobre tu entrepierna.

Despacio te acercas a mí, te subes a horcajadas sobre mis piernas y nuestros sexos se juntan a través de nuestros vaqueros, que apenas son capaces de resistir la inmensa humedad que genera la excitación que acumulamos. Sujetas mis manos por encima de mi cabeza y te acercas para besarme. Lo haces despacio, nuestros pechos se acercan y se frotan centímetro a centímetro. Ambos desprendemos calor y nuestras miradas se cruzan. Besas mi cuello muy despacio, no sueltas mis manos y mordisqueas mi oreja, para recorrer con tu lengua cada poro de mi cuello. Sueltas mis manos al tiempo que susurras en mi oído, “tócame”.

Acaricio tu espalda, mientras tu boca se dirige a mi pecho. Lames mis pezones, trazas pequeños círculos sobre ellos y noto tu saliba caer sobre mi piel. Sigo acariciándote y mis uñas rozan tu piel. Tu lengua sigue haciendo diabluras en mi pecho, cada vez más cerca de mi cintura. Recorres mi estomago, llegas a mi ombligo y te dejas caer de mis rodillas. Caes sobre las tuyas y comienzas a desabrochar los botones que aun permanecen en su sitio, mientras miras fijamente a mis ojos.

Acercas tu mano a mi sexo. Tus dedos se deslizan entre mi pantalón y me acarician sobre mis bóxer. Cada una de tus caricias implica una mayor intensidad, pero extremando el cuidado. Bajas tu cabeza hacía mi pene al tiempo que mi bóxer y mi pantalón son empujados por tus manos hacia abajo. Con tu lengua recorres cada centímetro de piel que se libera de la presión de la ropa. Tu aliento recorre mi entrepierna y provocas que mi respiración se agite aun más. Sigues con tus caricias mientras acercas tu boca. Tus labios simplemente la rozan, suavemente, y comienzas a darme largos lametazos provocándome temblores a cada momento.

Estas así durante unos minutos, disfruto de tus caricias y de tu boca, me excita tenerte de rodillas delante de mí y que dirijas la situación. No soy capaz de apartar la mirada de ti y de vez en cuando, se cruza con tus ojos que buscan, desde tu posición, la mía.

Te incorporas y con mi ayuda comienzas a bajar tu pantalón despacio. Me sorprendo cuando compruebo que no llevas nada debajo, lo que me hace desearte aun más y lo que me permite entender el porqué de tu elevada humedad.

Tu vagina esta preparada para mi pene, te vuelves a situar sobre mi y mueves tus caderas, lo que me permite notar de primera mano el calor y la humedad de tu sexo, que late de manera incontrolable. Tu respiración se agita a medida que te colocas sobre mí, y comienzas a penetrarte poco a poco, sin dificultad; disfrutas de cada centímetro que entra en tu cuerpo y comienzas a cabalgarme más y más rápido, mientras gimes con mayor intensidad.

Acarició tu clítoris mientras subes y bajas sobre mí. Uso dos dedos e imito la intensidad de tus movimientos. Con varios espasmos te agarras a mi cuello, me marcas tus labios y gimes en mi oído, “me corro”. Te abrazo con fuerza y quedas inmóvil sobre mí, jadeando, sudando. Aflojo mi abrazo y te miro. Sin darte tiempo a reaccionar, consigo colocarte de rodillas en el sofá. Es hora de marcar el ritmo y de hacer realidad tu fantasía.

Continuará...

¿Has disfrutado? Espero que sí, promociona IS ONLY PLEASURE en Bitácoras.com, solo tienes que pinchar este botón y darme tu voto, GRACIAS !!!

votar

jueves, 30 de abril de 2009

ESPERANDO TU ORGASMO

VOTA POR MÍ EN BITÁCORAS.COM !!!!

votar

Mirabas absorta una web sobre maquillaje y secretos femeninos sin hacerme mucho caso a pesar de que ya llevaba un buen rato tumbado sobre tu cama. Daba la impresión de que preferías aprender a usar la sombra de ojos para lograr un efecto sublime que a disfrutar de mí como me habías dicho poco antes.

Me acerque a ti por detrás, me sitúo tras tu silla y mis dedos comienzan a perderse entre tu pelo, de forma suave y delicada, acariciando una de tus orejas con dos de mis dedos al tiempo que, con la otra mano, rozo tu cuello. Sin embargo, sigues atenta a tu monitor y a la interesante web de maquillaje por la que navegas.

Me acerco más a ti y me dedico a besar tu oreja, primero suavemente, dejando que mi humedad resbale por tu lóbulo, luego abro mi boca y mi lengua se entretiene jugando con tu oreja. Te muerdo ligeramente, solo para que sientas mis dientes que en ningún momento te dejan marca.

Aparto tu pelo y me acero a tu nuca. Comienzas a facilitarme la labor y ladeas ligeramente la cabeza, permitiéndome que bese suavemente tu piel a pesar de que sigues manejando el ratón, mientras ves un video sobre como dar polvos en la cara. Mis manos se enrollan en tu pelo, mi boca te besa tu cuello y mi lengua te lo acaricia…sueltas el ratón, momento que aprovecho para girar tu silla y dejarte frente a mí. Me agacho y quedo delante de tu cara, me acerco y tu beso y noto como tu respiración se acelera al igual que la mía se vuelve más intensa.

Quieres prolongar el beso, pero me alejo de ti. Vuelvo a acerca mi cara a la tuya y vuelvo a besarte…intentas tomar de nuevo la iniciativa, pero me alejo de nuevo y gruñes con tu mirada fija en mi. Me llamas cruel y mientras río por lo bajo, me acerco de nuevo y me quedo a milímetros de tu boca. Mis labios y los tuyos se sienten cercanos, son como polos opuestos que se atraen, nuestras miradas se encuentran distorsionadas por la cercanía y de reojo observo tu sonrisa…en el fondo sé que te encanta jugar.

Nos besamos con frenesí, mi lengua trata de abrirse paso en tu boca y choca con la tuya que trata de hacer lo mismo. Nuestras manos se cruzan detrás de la nuca del otro…te levanto de la silla y sin soltarnos, sin darnos un segundo de tregua, logramos andar torpemente hasta la cama, donde caemos pesadamente y donde a cada movimiento de nuestras bocas nos acompaña una caricia más atrevida. Tocas mi culo, acaricio tus pechos, rozas mi entrepierna y yo la tuya…nos sobra la ropa que impide tener un contacto más directo entre nosotros.

Tu respiración es cada vez mas agitada y te pido que te tumbes boca abajo, no sin antes quitarte tu camiseta y acariciar tus pechos. Yo también me desprendo de la mía y observo tu espalda y los lunares que la decoran, al tiempo que suelto el cierre de tu sujetador.

Me tumbo sobre ti, notas tu pecho sobre tu espalda y mi paquete chocando con tu culo. Mi boca corre rauda a tu cuello, al tiempo que mi mano rodea tu cuello por delante, ejerciendo cierta presión sobre él, muy ligera, pero haciendo que notes mi mano. Hundes tu cabeza en la almohada, ahogas un gemido con ella, te cuesta respirar y mi boca abandona tu cuello, para comerse una de tus orejas, después la otra y vuelve a tu cuello, donde se queda para provocarte temblor tras temblor, mientras alterno lametazos, besos y pequeños mordiscos. También me ocupo de tus hombros, paso mi lengua por ellos muy despacio y muy suavemente porque sé como te derrite que te hagan eso.

Busco introducir mis manos bajo tu pecho, las bajo por tu cuerpo hasta que llego a tu cintura, donde busco el botón del pantalón. Te incorporas ligeramente para facilitar la operación, momento en el que descubro que tu botón lleva un rato abierto. Sin darme cuenta, lo habías hecho tú por mí, por lo que rápidamente lo bajo y observo tu precioso tanga brasileño, de color negro.

Te incorporo con delicadeza y te dejo a cuatro patas. Miro tu posición desde atrás y de me deleito con la visión que llega a mis ojos. Yo también me quito mis pantalones y me sitúo detrás de ti. Tiemblas por la excitación que acumulas y suspiras cuando mis manos acarician tus piernas y cuando al introducirse entre tus rodillas, las separan.

Acaricio tus muslos pausadamente y con deleite disfruto del olor que desprendes, un olor que me embriaga y me enciende aun más. Mis manos recorren tus muslos y notan, a medida que se acercan a tu clítoris, como la humedad aumenta. Me acerco más y más a tu vagina y uno de mis dedos la acaricia por encima de tu tanga. Mis caricias van siendo más fuertes cada vez y ya uso dos dedos para ello, disfrutando al tiempo de las palpitaciones de tu vagina.

Vuelves a hundir tu cabeza en la almohada, con lo que levantas tu culito para mí. Aparto a un lado la minúscula tela de tu tanga y comienzo a pasar mi lengua por tu vagina desde atrás. Me notas pegado a ti y mientras mi lengua sigue trabajando, mi dedo busca entre los pliegues de tu vagina hasta notar que un escalofrío recorre tu cuerpo mientras emites un gemido que me indica que la búsqueda ha tenido éxito.

Rodeo tu clítoris suavemente, lo acaricio con tranquilidad y vuelvo a chuparte la vagina, hasta que decido buscar el agujero de tu cueva para penetrarte con uno de mis dedos. Esta húmeda y caliente, mi dedo no tiene ningún problema para entrar y te recorre de arriba abajo. Frota con fuerza la pared de tu vagina que coincide con tu clítoris, recorriendo todos y cada uno de los pliegues de esa zona. Alterno distintas penetraciones, con un movimiento circular que te hace respirar agitadamente y gemir cada vez más alto.

Pronto, un segundo dedo hace compañía al primero, repito mis movimientos hasta que giro mi mano y comienzo a penetrarte de abajo arriba, intentando llegar a tu punto más profundo, donde mis dedos se quedan, moviéndose acompasadamente y provocándote espasmos de placer.

Saco mi mano y tiro tu tanga hacia abajo. Quieres darte la vuelta pero no te lo permito y hago que sigas a cuatro patas. Me coloco de rodillas detrás de ti y comienzo a rozar tu vagina con mi pene, esta caliente y duro y entre tus gemidos me pides que te penetre.

No espero más y entro en ti, despacio, con tranquilidad, disfrutando de la presión de tus músculos sobre mi pene. Mueves la vagina, la contraes y la relajas mientras sin moverme, recorro con mis manos tu espalda sudorosa.

Comienzo a moverme, cada vez más rápido, aumento el ritmo de mis penetraciones a la vez que aumentas la velocidad de tu respiración. Estoy cerca de terminar, pero decido parar, no quiero hacerlo todavía, apenas hemos disfrutado, quiero alargarlo un poco más.

Me inclino sobre tu espalda y te susurro al oído que quiero que te masturbes el clítoris mientras te penetro. Extrañada, accedes a mi petición y diriges tu mano a tu clítoris. Nadie como tú misma para acariciarte, conoces a la perfección tu clítoris y sabes lo que necesitas en cada momento, cual es el movimiento acertado para proporcionarte mayor placer y como debes hacerlo para correrte.

Mueves tu mano con habilidad, cada movimiento va acompañado de un gemido más profundo que no hacen sino excitarnos más y más. Te penetro a buen ritmo pero espero tu orgasmo que se adivina cercano…y así ocurre, no me equivoco. En pocos segundos explotas de placer, gimes con fuerza y los músculos de tu vagina aprietan mi pene que nada puede hacer y explota en tu interior. Un orgasmo profundo, intenso y húmedo, que me hace caer sobre tu espalda, rodamos por la cama, jadeamos buscando aire con nuestros cuerpos agotados, rodeados del olor a sexo que cubre toda la habitación, nos embriaga y nos anima a repetir.

votar

viernes, 24 de abril de 2009

LA PETITE MORT

Magnifica representación del orgasmo femenino...



votar

DECLARACIÓN DE INTENCIONES

Yo las amo. Amo a las mujeres y todo lo que tienen. Amo su voz, sus ojos, su pelo, sus labios, sus orejas, sus curvas, su cuerpo, sus pechos, sus pezones, su obligo, sus piernas, sus pies, sus nalgas, su risa y su sonrisa, su tristeza y llanto, su excitación, su humedad, su orgasmo. Amo todo aquello que tiene que ver con una mujer, amo tocarlas, sentir su piel contra la mía, respirar a su ritmo, acariciar su piel, oler sus cabellos, palpar su sudor y notar sus temblores.

Yo las respeto en cada gesto, en cada acción, en cada detalle. Cada beso debe ser especial, cada caricia única y cada roce un paso más en busca del placer máximo.

Entrelazar mis dedos en sus mechones mientras sujeto su cuello y rozo sus labios carnosos con los míos. Acariciar su cuello, mientras siento su respiración cerca de mí. Apretar su espalda y acercarla a mí, para que nuestros torsos desnudos entren en contacto.

Masajear su tripa en círculos, suavemente, marcando cada movimiento. Acariciar su monte por encima de sus bragas, delicadamente, solo con dos dedos, sin apretar, sin marcarlos…para poco después darme un festín y hacerla disfrutar hasta terminar extasiada de placer.

votar

domingo, 19 de abril de 2009

TU FANTASÍA (1ª PARTE)

En breve subire la continuación, no os preocupeís !!!

Me lo habías dicho muchas veces, me lo habías confesado en multitud de ocasiones y aun no lo habías hecho. Querías probarlo, pero tu novio no quería hacerlo (te dije desde el principio que tenía cara de rancio).

Estuviste un tiempo dudando entre tu deseo y la fidelidad a tu pareja, pero al final venció tu lado más carnal. Estabas dispuesta a hacerlo y a disfrutarlo.

Me contaste que todo comenzó cuando bajando una película del Emule te salió un archivo porno y que, por curiosidad (eso me dijiste…) decidiste verlo entero. En el video una chica aparecía tumbada boca abajo, vestida únicamente con un top de cuero. Un almohadón bajo su vientre y las manos esposadas a su espalda. Un antifaz tapaba sus ojos y también estaba amordazada.

Tras un tiempo en el que apenas se movió, apareció en escena su compañero y comenzó a extenderla lubricante por su ano y vagina, que no tardaron en brillar a la luz. Mientras extendía el lubricante, los primeros dedos iban entrando en la carne de la chica que comenzaba a moverse más y más excitada, más y más rápido. Giraba sus caderas al ritmo de los dedos y varios gemidos, acallados por el pañuelo que tapaba su boca, se podían oir como fondo del video.

De pronto el chico saca sus dedos y desaparece del plano, para volver a continuación y mostrar un pequeño consolador, ovalado, con mando a distancia. Lo impregnó de lubricante y comenzó a metérselo a la chica en su ano, encontrando cierta resistencia al principio, pero poco a poco, y gracias al lubricante, entro sin problemas para, a continuación, conectar la vibración y volver a jugar con sus dedos en la vagina de la chica, cada vez más excitada, más alterada, más ansiosa…

El ruido del consolador se oía en el video y se mezclaba con los gemidos de la chica, cada vez más evidentes a pesar de estar amordazada; en ese momento el chico iba a entrar en acción…

Lo siento, pero tengo que dejar de escribir…el timbre acaba de sonar y estoy seguro de que eres tú que vienes a cumplir la fantasía...

martes, 14 de abril de 2009

JUGANDO CON TU PECHO

Soñaba con ellos desde que vi tu foto en aquella página de internet. Bajo la camiseta roja de tirantes se marcaban tus pezones duros. Una noche me contaste que la foto te la hiciste después de liarte con un tío en una discoteca y llegar a casa con un calentón monumental.

No podía dejar de pensar en ellos. Pensaba en como sería acariciar tus pezones con mis dedos, tras haberlos acercado a tu boca para que me los chupases. Con tu saliva acariciaría la aureola de tu pezón, sin llegar a tocarlo, pasando mis dedos por el borde y notando como tu respiración se agita a cada segundo.

Mi mano bajaría suavemente por tu cuerpo, recorrería tu vientre y llegaría a tu tanguita, metiendo mi mano por arriba y acariciando tu clítoris… para notar rápidamente tu humedad y bajar mis dedos a tu coñito húmedo. Metería mis deditos y los empaparía en ti para volver a tus pezones. Los veo aun más duros y gordos que antes, pero me resisto a tocarlos. Me centro en tu aureola, la acaricio suavemente con la yema de mis dedos y dejo que se deslicen en círculos por ella.

Vuelvo a mojar mis dedos en tu coño y compruebo que estas chorreando. Muy a tu pesar, saco mis dedos de ti y vuelven a tus pechos donde comienzan a deslizarse de uno a otro, haciendo más presión al pasar por tu canalillo. Acerco mi boca a la tuya y te beso, notando tu excitación en tu boca, pues tu lengua me ataca sin tregua. Me incorporo sobre ti y te beso la oreja, me deleito pasando mi lengua por ella y mordiéndote ligeramente. Mi pecho nota como se clavan tus pezones muy duros, muy tiesos, muy grandes….totalmente excitados. Aprovechas que mi oreja esta cerca de tu boca y me suplicas que te los coma, me ruegas, entre gemidos, que me los coma. Quieres dármelos y yo, gustoso, los acepto.

Vuelvo a bajar a tu pecho y comienzo de cero. Empiezas a sentir que es una tortura, pero primero recorro con mi lengua la aureola de tu pezón derecho, mientras mi mano traza círculos sobre la aureola del izquierdo. Paso mi lengua ligeramente sobre tu pezón y noto como un escalofrío recorre tu espalda.

Por fin decido meterme tu pezón en mi boca. Aparto mis dientes y trato de tener la mayor parte de tu pecho dentro de mí, empezando a empaparte de saliva. Mi lengua gira libre sobre tu pezón y noto como crece aun más. Lo suelto con un gran “ploff” y me dirijo al otro, porque veo que es un envidioso y empieza a querer el mismo tratamiento.

Lo meto directamente en la boca, haciendo ventosa para tener dentro de mi todo tu pecho, succiono con fuerza y noto como tu cuerpo se tensa, lo suelto y vemos el increíble tamaño que ha cogido tu pezón… me susurras excitada que nunca lo habías tenido así y te contesto que me calienta muchísimo ver así tu pezón.

Vuelvo a bajar a tus pechos y con mis dientes atrapo uno de tus pezones. Con suavidad, no te muerdo, pero si notas como marco mis dientes en tu piel. Suavemente empiezo a mover mi cabeza a derecha e izquierda. Haciendo que mis dientes rocen constantemente mi pezón sin hacerte daño. Comienzas a agitarte más y más, tu respiración se agita y tu espalda se tensa, sujetas mi cabeza con mis manos y me basta acariciar tu clítoris un poco para notar como varios espasmos, fuertes y salvajes, inundan nuestra cama…

lunes, 6 de abril de 2009

HIERBA HÚMEDA

Noche de pleno verano, tras un día de sol y humedad el calor parecía que se había quedado instalado en la casa. Con la llegada de la noche confiábamos en que se relajase la temperatura, pero apenas bajo un par de grados y mientras cenábamos nos reímos de quien nos recomendó “llevaros una chaquetita, que en esa zona baja mucho la temperatura por la noche”.

Alquilamos la casa un poco a lo loco y nos encontramos un maravilloso espectáculo cuando llegamos. Un pequeño pero precioso dúplex en medio de las montañas de Galicia, con un impresionante jardín de hierba verde que invita a quitarse los zapatos y notar su frescor en tus pies. Apenas a 200 metros surge un pequeño sendero que baja serpenteando hasta una preciosa cala desierta. Un auténtico oasis, con unos pocos árboles que proporcionan una agradecida sombra, sobre una arena fina y limpia, alejada de los turistas, de la basura y del ruido de otras playas abarrotadas y masificadas y cuyo agua es eternamente más opaca que la que pudimos disfrutar en esas vacaciones.

Tras presenciar ese maravilloso espectáculo y disfrutar de un refrescante baño, decidimos dar una vuelta por los alrededores. La verdad que el sol calentó todo lo que quiso y más y eso nos hizo llegar de nuestra caminata realmente agotados. Apenas cenamos y nos quedamos dormidos sin fuerzas para hacer el amor.

De pronto abro mis ojos y observo tu cuerpo desnudo, recuerdo que solo dejaste tu tanga sobre tu cuerpo por el asfixiante calor. Duermes sobre tu espalda, y observo como tu pecho se mueve arriba y abajo al ritmo de tu respiración. La luna entra por la ventana y me permite observar ese maravilloso espectáculo. Además, la fina brisa que entra por la ventana, provoca que tus pezones se vean erectos y yo me los imagino duros mientras recuerdo cómo es su sabor.

A pesar de ese espectáculo genial, maravilloso, excitante y tentador…no soy capaz de moverme. Pienso que es un sueño, pero mi cada vez más notable erección me hace desestimar esa posibilidad. Sigo contemplando tu pecho y tu dormir tranquilo, tu respiración acompasada me indica que estas profundamente dormida y me da lástima despertarte, hasta que un repentino relámpago hace ese trabajo por mi.

Abres los ojos sobresaltada, asustada y tus ojos se encuentran con los míos. Acaricio con suavidad tu delicado rostro y me acerco para besarte en la mejilla al tiempo que te digo que te tranquilices, que no ha sido más que un relámpago. Todo tu cuerpo tiembla, en parte por el susto y en parte por la viento que, ahora con más fuerza entra por la ventana.

Te acercas a mí perezosamente y te acurrucas sobre mi pecho. Aprecio como tus pezones, gordos y sabrosos, se clavan en mi piel y no necesito más para terminar de despertarme y para que todos mis sentidos se activen. Busco tus labios y comienzo a rozarlos con los míos, al tiempo que mis manos se pierden entre tu pelo rizado y con mis dedos comienzo a acariciar tu cuello de forma suave y delicada.

Dejas escapar un suspiro y entiendo que quieres que juguemos a pesar del cansancio y del sudor de nuestros cuerpos, acumulado por el fuerte calor que aun hace en la habitación. Observamos un nuevo relámpago y a continuación notamos como comienza a diluviar. Nos besamos ya de forma pasional y descarada, dejando al otro cual es la intención de cada uno.

Te pones encima de mí y nuestros cuerpos desnudos comienzan a rozarse. Frotas tu tanga contra mi slip, que incrementa aun más su tamaño, mientras comienzo a notar como tu humedad inunda tu cueva. El olor de tu vagina llega hasta mí y se mezcla con el que, fruto del diluvio que se produce fuera de nuestra habitación, entra por la ventana. La verde hierba del jardín, desprende todo su olor ante las gotas de lluvia que caen sobre ella, al igual que tu cuerpo deja escapar el olor de tu excitación ante cada nuevo movimiento que, con tu cadera, realizas sobre mi pene.

Paras y durante una fracción de segundo nuestras miradas se cruzan. Intuyo lo que estas pensando y asiento con mi mirada. Rápidamente saltas de la cama, agarras mi mano y tiras de mí por el pasillo de la casa. Llegamos a la entrada y abres la puerta, las primeras gotas salpican nuestros cuerpos desnudos y volvemos a besarnos, mientras torpemente salimos de la casa y permitimos que el agua nos empape completamente, sin que nuestro fuego se apague y sin impedir que nuestros besos continúen subiendo de intensidad y de fuerza, con mayor pasión y mayor descontrol.

Tus manos recorren mi espalda y las mías se entretienen en tus muslos, los recorren con deleite arriba y abajo, al tiempo que noto el roce de tus uñas detrás de mi. La hierba húmeda roza nuestros pies descalzos, mientras mi mano se acerca a tu tanga, totalmente pegado a tu cuerpo. Lo aparto a un lado y mis dedos pueden acceder a tu vagina. La noto caliente, húmeda, deseosa de ser penetrada.

Muerdes mi oreja al tiempo que me susurras que estas tan húmeda por dentro, como por fuera, algo que mis dedos ya están comprobando. Con la yema de mis dedos froto el interior de tu clítoris, introduzco dos dedos dentro de ti y los saco y meto lentamente. Mientras tanto, mi dedo gordo traza círculos sobre tu clítoris, se muestra receptivo y aceptaba gustoso mis caricias, que agradece creciendo y poniéndose más y más gordito. Tus piernas tiemblan, mientras noto como tus manos me aprietan con más fuerza, clavando tus uñas en mi espalda.

La humedad de tu sexo empapa mi mano y se mezcla con la lluvia. Te susurro como tus jugos inundan mi mano, mientras te como el cuello y mis dos dedos juegan revoltosos dentro de ti. Se entrelazan entre ellos y entran y salen sin cesar, se entretienen en tu zona rugosa, la que tú me enseñaste el primer día y que tanto te hace temblar y que te hace gemir en mi oído.

Noto como cada vez gimes con mayor intensidad…mis dedos siguen dentro de ti y en un momento, mi dedo gordo aprieta un poco más tu clítoris, desencadenando mil temblores en ti. Comienzas a sentir tu orgasmo, te agarras a mi cuello mientras mis dedos te siguen arrancando mil suspiros y noto como tus piernas tiemblan hasta el punto que no te aguantan, me agarras con más fuerza y los dos terminamos rodando sobre la hierba fría y empapada. Noto tu respiración agitada en mi oído, hablas con dificultad, te falta el aire y aun jadeas, pero acepto gustoso tu invitación para entrar del todo en ti…

CONTINUARÁ…