martes, 26 de enero de 2010

Sugerencias para las parejas de Madrid - San Valentín - Hoteles

Apreciados lectores,

he aquí algunas sugerencias que os podrían interesar para vuestro San Valentín (o en cualquier otro momento).

Ideas de hoteles estupendos para disfrutar en pareja !!!

En breve, la continuación de los relatos, van en camino !!!

Seguiremos excitando...

jueves, 7 de enero de 2010

Mensajes que llevan al placer (parte I)

La cita era dentro de una hora, pero al salir de la ducha, envuelto en el albornoz la insistente luz naranja del MSN parpadeaba en la pantalla del ordenador. Tras accionar rápidamente el ratón, pude leer tu mensaje. “Pasa sin llamar. Te espero en mi cuarto”.

El trayecto hasta tu casa fue un constante pensar en tu sorpresa. Un constante ir y venir de ideas y maldades que habrías preparado para mí, pues en el escaso mes que habíamos compartido juntos, me habías sorprendido de forma constante con los más divertidos y extraños juegos en los más singulares lugares.

Llegue a la hora acordada. Llame al portero automático y en unos segundos escuche tu voz. “¿Si?”. “Abre, que soy yo”. Los cinco pisos en el ascensor se hicieron eternos. Cada número que aparecía en la pantalla era uno menos hacía el placer que me esperaba junto a tu cuerpo.

Tal y como esperaba encontré la puerta entornada. Una rendija por la que me colaba para disfrutar de tus besos y caricias, de tus manos y tu piel, de tus suspiros y de tus jadeos, en definitiva de cada poro de tu piel.

Una pequeña luz me recibió mi entrada en el hall de tu casa. Encontré el top que más me gustaba, aquel ajustado que resaltaba aun más tus espectaculares pechos, en el suelo junto a un sobre. Deje mi abrigo en la percha y me agache para coger tanto el top como el sobre.

Tu perfume impregnaba la tela del top y sin problemas embriago mi nariz, tal y como hacía siempre que quedábamos. El sobre contenía la siguiente nota: “Ha sido escuchar el timbre y un calor extremo se ha apoderado de mí…no creo que pueda llegar vestida a mi cuarto”.

Según entre en el pasillo, me di de bruces con tus zapatos de tacón, los que llevabas en nuestra primera cita y que fueron un suplicio para tus pies. Un poco más allá, pude ver tus vaqueros más ajustados y poco antes de entrar en el salón unas medias tiradas en el suelo. Cada prenda iba acompañada de su respectiva nota.

Con los zapatos: “no es que hoy me hagan daño, pero creo que me sobran en casa”

Con los pantalones: “no puedo llegar a donde quiero con ellos y comienzo a sentirme…”

Con tus medias: “…muy húmeda imaginando tu lengua entre mis muslos”.

Las luces del salón estaban apagadas y tan sólo cuatro velas marcaban mi camino. Tu sujetador y tus braguitas yacían junto a dos de ellas, mientras que las otras dos velas estaban junto a tu puerta con algo que no llegaba a ver.

El mensaje junto a tu ropa interior, verde y semitransparente, era más que elocuente: “espero que no tardes…como pensaba estoy empapada sólo de pensar en ti, en tu cuerpo y en sentirte dentro de mi”.

Sople la vela y me acerque junto a la puerta de tu habitación. Una caja vacía, un preservativo y un frasco de lubricante eran iluminados por la tenue luz que flotaba mientras se movía caprichosa en todas direcciones.

La caja era de un consolador. Reconocí el modelo inmediatamente. Días atrás habíamos bromeado con la posibilidad de comprarte uno y parecía que te habías decidido sin decirme nada. El bote de lubricante estaba abierto y el preservativo era de los que usaba habitualmente. La última nota decía lo siguiente: “Lo siento cariño, he decidido empezar sin ti. No podía aguantar más, el calor recorría mi cuerpo, la humedad se acumulaba en mi entrepierna y necesitaba algo más que mis dedos para disfrutar…espero que llegues a tiempo…pasa sin llamar”

Una sonrisa picarona se dibujaba en mi rostro mientras rápidamente me desvestía y abría el preservativo para mi más que erecto miembro. Agarre el picaporte y ansioso por descubrirte, comencé a abrir la puerta para encontrarte como siempre había
soñado…
Seguiremos excitando...