martes, 12 de mayo de 2009

TU FANTASÍA (2ª Parte)

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Parte de este relato ha sido inspirado por una amiga, a ella gracias !! Acepto sugerencias para la tercera parte.

Me levanto raudo de mi cama, detengo el video y aunque no las tengo todas conmigo, mi instinto me dices que eres tú, que has vencido tus miedos y tus ataduras y has aceptado mi invitación y mi propuesta. Cierro mi pantalón, y cojo una camiseta que rápidamente me pongo mientras camino apresurado hasta la entrada. Nervioso descuelgo el telefonillo, y oigo una voz nerviosa, casi tanto como la mía, que dice “soy yo”.

Abro sin dudar y espero junto a la puerta. La locura que estábamos a punto de cometer nos excitaba a los dos. Jamás habíamos quedado y tan solo habíamos tenido una conversación a través de la web cam. Sin embargo, nuestras conversaciones nos habían puesto a mil y ambos habíamos confesado como tuvimos que jugar con nosotros mismos tras coincidir en el MSN.

Por fin oigo el ruido de las puertas del ascensor, el escaso minuto que has tardado en subir se me ha hecho eterno, he repasado mentalmente la llamada que te hice hace apenas una hora. La conversación terminó tras darte mi dirección y con un “aquí te espero” por mi parte.

Sin darme tiempo a decirte hola, me besas de manera insaciable, introduces tu lengua en mi boca y yo correspondo tu movimiento, atacando con fuerza tu boca. No puedo reprimir una mirada de sorpresa cuando momentáneamente nos alejamos. Puedo apreciar como tu pantalón vaquero se ajusta a tus piernas y a tu cintura, como tu camiseta verde hace juego con tus pendientes, al tiempo que me permite ver una parte de los pechos que ya pude apreciar en tu webcam.

Vuelves a besarme, te entretienes en mis labios. Despacio, recorres mi labio inferior con mi lengua, levemente. Me dejo hacer. Me gusta sentirte cerca de mí, me excita saber que es la primera vez que nos vemos y que lo primero que hacemos es besarnos de esa manera.

Recorremos el pasillo de mi casa a trompicones, evitamos los muebles milagrosamente y llegamos al salón. A cada paso que damos, me besas más apasionadamente. Lo que era una simple caricia con tu lengua, se convierte en algún que otro mordisco en mis labios y en tu lengua recorriendo todos los rincones de mi boca.

Sigues besándome y noto tus manos por encima del pantalón. Notas mi excitación, fácilmente detectable por el tamaño de mi bulto. Desabrochas el primer botón para, a continuación, sacarme la camiseta y acariciar mi pecho y besar mis pezones duros.

Tu boca parece insaciable, no se cansa de besarme y tus manos acarician mi espalda antes de lanzarme al sofá. Observo como respiras rápidamente, tu mirada me mira con lascivia y deduzco que estas superexitada, pienso en como habrá sido el trayecto hasta mi casa. Te imagino en el coche, pensando en lo que estabas a punto de hacer, en como habrás cerrado tus piernas, frotando una con la otra, en cada semáforo. Imagino tu coñito empapado y tu lucha por no tocarte y llegar a mi casa intacta.

Sigo observándote desde el sofá, tengo ganar de sentirte junto a mí, de tocarte y sentir tu piel sobre la mía. Intento incorporarme y acercarme a ti, pero no me dejas. Vuelves a empujarme contra el sofá y aún de pie, te quitas tu camiseta. Tu pecho generoso se muestra oculto bajo un sujetador negro de encaje, me deleito con esa maravillosa visión y con tus manos recorres tu cuerpo, insinuando cada curva y cada rincón de tu cuerpo. Juntas los dedos de tus manos y simulas un triangulo que sitúas sobre tu entrepierna.

Despacio te acercas a mí, te subes a horcajadas sobre mis piernas y nuestros sexos se juntan a través de nuestros vaqueros, que apenas son capaces de resistir la inmensa humedad que genera la excitación que acumulamos. Sujetas mis manos por encima de mi cabeza y te acercas para besarme. Lo haces despacio, nuestros pechos se acercan y se frotan centímetro a centímetro. Ambos desprendemos calor y nuestras miradas se cruzan. Besas mi cuello muy despacio, no sueltas mis manos y mordisqueas mi oreja, para recorrer con tu lengua cada poro de mi cuello. Sueltas mis manos al tiempo que susurras en mi oído, “tócame”.

Acaricio tu espalda, mientras tu boca se dirige a mi pecho. Lames mis pezones, trazas pequeños círculos sobre ellos y noto tu saliba caer sobre mi piel. Sigo acariciándote y mis uñas rozan tu piel. Tu lengua sigue haciendo diabluras en mi pecho, cada vez más cerca de mi cintura. Recorres mi estomago, llegas a mi ombligo y te dejas caer de mis rodillas. Caes sobre las tuyas y comienzas a desabrochar los botones que aun permanecen en su sitio, mientras miras fijamente a mis ojos.

Acercas tu mano a mi sexo. Tus dedos se deslizan entre mi pantalón y me acarician sobre mis bóxer. Cada una de tus caricias implica una mayor intensidad, pero extremando el cuidado. Bajas tu cabeza hacía mi pene al tiempo que mi bóxer y mi pantalón son empujados por tus manos hacia abajo. Con tu lengua recorres cada centímetro de piel que se libera de la presión de la ropa. Tu aliento recorre mi entrepierna y provocas que mi respiración se agite aun más. Sigues con tus caricias mientras acercas tu boca. Tus labios simplemente la rozan, suavemente, y comienzas a darme largos lametazos provocándome temblores a cada momento.

Estas así durante unos minutos, disfruto de tus caricias y de tu boca, me excita tenerte de rodillas delante de mí y que dirijas la situación. No soy capaz de apartar la mirada de ti y de vez en cuando, se cruza con tus ojos que buscan, desde tu posición, la mía.

Te incorporas y con mi ayuda comienzas a bajar tu pantalón despacio. Me sorprendo cuando compruebo que no llevas nada debajo, lo que me hace desearte aun más y lo que me permite entender el porqué de tu elevada humedad.

Tu vagina esta preparada para mi pene, te vuelves a situar sobre mi y mueves tus caderas, lo que me permite notar de primera mano el calor y la humedad de tu sexo, que late de manera incontrolable. Tu respiración se agita a medida que te colocas sobre mí, y comienzas a penetrarte poco a poco, sin dificultad; disfrutas de cada centímetro que entra en tu cuerpo y comienzas a cabalgarme más y más rápido, mientras gimes con mayor intensidad.

Acarició tu clítoris mientras subes y bajas sobre mí. Uso dos dedos e imito la intensidad de tus movimientos. Con varios espasmos te agarras a mi cuello, me marcas tus labios y gimes en mi oído, “me corro”. Te abrazo con fuerza y quedas inmóvil sobre mí, jadeando, sudando. Aflojo mi abrazo y te miro. Sin darte tiempo a reaccionar, consigo colocarte de rodillas en el sofá. Es hora de marcar el ritmo y de hacer realidad tu fantasía.

Continuará...

¿Has disfrutado? Espero que sí, promociona IS ONLY PLEASURE en Bitácoras.com, solo tienes que pinchar este botón y darme tu voto, GRACIAS !!!

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