viernes, 31 de julio de 2009

TU BESO Y TU ABRAZO EN LA OSCURIDAD

Tan cerca y tan lejos, tan fácil y tan dificil, tan tentador y tan prohibido

Sonaban en la radio los pitos de las dos de la mañana, cuando mi móvil vibraba sobre la cama. Era la señal convenida. Acababas de llegar, y esperabas en mi portal a que bajase a abrirte para no despertar a mi compañera de piso con el ruido del timbre.

Tus ojos hinchados reflejaban las lagrimas que había oído hacía un rato cuando hablamos por teléfono. Un nuevo mamón se había cruzado en tu vida y te habías vuelto a llevar un palo, al confiar secretos, fantasías e ilusiones en quien no debías. Te ofrecí venir y pasar conmigo la noche, sin mas pretensión. Ambos sabíamos que aquella no era la noche para la pasión y el desenfreno, sino para el abrazo y el cariño.

Subimos a mi casa, rechazaste beber o comer algo. No tenías ganas de mucho, solo de tumbarte y sentirte querida. Entramos en la habitación, la luz apagada permitía que las luces de la calle entrasen por la ventana abierta y la persona subida. Te abrazaste a mí y solo pude apretarte contra mi. Querías sentirme cerca y pude apreciar como respirabas reconfortada ante el abrazo que, de pie, junto a mi cama, en el que nos encontrábamos.

Me susurraste, -no enciendas la luz, dejame dormir a tu lado- lentamente te separaste de mi, te acercaste a la ventana y pude apreciar tu silueta, fina y delgada, a contraluz. Tu pelo rizado, recogido en una coleta, pronto se vio libre, cayendo sobre tus hombros.

Aprecié como tus manos tiraban hacia arriba de tu camiseta, dejando al descubierto tus pechos tersos y tentadores. Tus manos se dedicaron a abrir, uno por uno, los botones de tus vaqueros, que bajaste con gran habilidad, la escasa luz no me dejo ver tu tanga, pero sí como corría la misma suerte que tus pantalones.

Te acercaste a mí, me volviste a abrazar y en esta ocasión no pude reprimir besarte en los labios. Fue un roce, un simple roce, lleno de cariño y de comprensión. Suave y delicado, tierno y delicioso. Lo correspondiste con la misma intensidad pero con mayor sentimiento, mientras te abrazabas a mí con más fuerza aun.

Te acaricie el pelo mientras nos tumbábamos en la cama. Baje mis bermudas quedándome igual que tú, sin ropa. Ya sobre la cama, volviste a abrazarme, nuestros ojos se cruzaban en la penumbra de la habitación, nuestros cuerpos se sentían cercanos y unidos, tu pecho sobre el mio, nuestras cabezas cerca, muy cerca, nuestros sexos el uno al alcance del otro y nuestras bocas tan cerca que no pudimos reprimir seguir con tiernos besos, hasta caer dormidos los dos.

2 comentarios:

  1. bixo, me encanto¡¡¡ que envidia de la chica que te hizo pensar asi....

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  2. ¿CÓMO SEGUIR CON TIERNOS BESOS HASTA CAER DORMIDOS? ADEMÁS DE AMIGOS HUBIERAN SIDO DE AMIANTO....YO NO PODRÍA PROMETER TANTA DULZURA EN ESE MOMENTO.

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