miércoles, 7 de enero de 2015

Celestino ciego de tu amiga

Desde el primer día que te conocí me dijiste que una fantasía que estabas dispuesta a buscar era tener una relación lésbica y compartir tu cuerpo con otra mujer y lo cierto es que tras varios intentos lograste encontrar a una persona con la que llevar a cabo tu sueño y ahí no pude sino intervenir y participar de tu fantasía.

La propuesta estaba clara y era tentadora y aunque al principio ella estuvo algo reticente, no tardaste en convencerla y en concretar la fecha en la que lo llevaríamos a cabo.

Apenas pasaban unos minutos de las cuatro de la tarde cuando llegaste a mi casa y en apenas otro minuto, tras besarnos con pasión, mi mano ya estaba entre tus piernas buscando descubrir el juguete con el que seguro habías venido en el viaje desde tu casa. Cuando mis dedos comenzaban a rozar tu clítoris, no tarde en sentir la vibración de tu sexo, el pequeño ruido que desprendía tu consolador y el olor que desprendía tu sexo.

Abriste un poco tus piernas y mi mano recogió el pequeño vibrador que salía de tu sexo y con el que rápidamente volví a penetrarte, empezando un pequeño y delicioso mete y saca que no hizo sino mojar, aún más, tanto tu sexo como mi mano.

"Todo está preparado para vuestra noche", susurre a tu oído y llevándote en brazos te tumbe en la cama para bajar tus pantalones y tus braguitas en un solo movimiento, para dejarlos en tus tobillos y poder entrar con mis dedos en tu sexo rápidamente buscando el primero de los muchos orgasmos que seguro tendrías en las próximas horas.

Apenas te estabas recuperando de tu orgasmo cuando el timbre volvió a sonar. Ambos sabíamos que era tu amiga, que era la chica con la que ibas a conocer el placer del sexo lésbico y ambos estábamos excitados por cómo se iba a producir todo.

Tras abrir el portal, ella apenas tardo dos minutos en subir a mi casa. Encontró la puerta tal y como habíamos quedado, entreabierta; encontró la luz tal y como la esperaba, apagada; noto un suave aroma como habíamos acordado...

Mientras tu esperabas en la habitación, ella Entro y cerro la puerta tras de sí. Dejo caer su bolso y me acerqué para susurrar en su oído: "te esta esperando muy excitada y realmente húmeda", al tiempo que acercaba mi mano a su nariz para que tuviese un anticipo de aquello que en pocos minutos iba a disfrutar plenamente.

Comencé a desnudarla sin llegar a tocarla, pero acercando mi boca y mi respiración a cada centímetro de su piel y disfrutando de su respiración que, segundo a segundo, se agitaba cada vez más. A pesar de no haber luz, estaba seguro que nos mirabas desde la puerta de mi cuarto y que veías como bajaba la cremallera de su abrigo para dejarlo caer en el suelo; cómo su jersey salía por su cabeza y cómo su top seguía el mismo camino.

Mis manos abrieron los botones de su pantalón y agachándome no tarde en sacar los zapatos de sus pies para bajar sus pantalones hasta el suelo, sacando ella sus piernas del pantalón y quedando solo en ropa interior. Aún de rodillas acerque mi nariz a su sexo apreciando el olor que desprendía y asegurándome de que estaba realmente excitada. Poniéndome de pie y cogiendo su mano, la gire para situarme a su espalda y susurrar en su oído: "ojala te animes y me pueda unir a vosotras"; sin darla tiempo a reaccionar, abrí el cierre de su sujetador liberando sus pechos y procediendo a bajar sus braguitas.

Cogiendo su mano la dirigí por la casa hasta mi cama, ayudándola a tumbarse en ella. Un pequeño antifaz cubrió sus ojos antes de encender una pequeña vela y encontrarte apoyada en la pared masturbando tu clítoris con una mano y apretando uno de tus pechos con la otra. "Tu amiga no ha podido resistirse y ya se está masturbando sin dejar de poder mirar tu cuerpo" susurre en su oído al tiempo que cerraba el velcro de las muñequeras y tobilleras que la dejarían amarrada a mi cama, abierta de piernas y totalmente a disposición de tu lengua, tus manos y los múltiples juguetes que habías traído. Colocando el último cierre, me acerqué de nuevo a su oído y susurre una vez más: "deseo que cada caricia que recibas sea un orgasmo, que sacies tu deseo y que tu fantasía se haga realidad entre infinitos temblores".

Seguiremos excitando...

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