lunes, 2 de diciembre de 2013

Tú, mi desodorante y yo...

Aunque no estabas segura y te mostrabas reticente, cada mensaje que me contestabas me hacía estar seguro de que lo terminarías haciendo. Te incitaba con las frases que sabía que te encendían y buscaba convencerte de que probases a masturbarte con tu pequeño bote de desodorante… a que metieras dentro de ti ese roll-on y jugases con él dentro de tu vagina, girándolo dentro de ti, metiéndolo con tus dedos y esperando que tu vagina lo expulsará lentamente para volver a introducirlo una y otra vez…

Dejamos el juego para poder trabajar algo y centrarnos en nuestro día a día, pero estaba seguro que no olvidarías nuestra charla tal y como comprobé al llegar a casa y comprobar que solo la luz de nuestro cuarto estaba encendida… cerré la puerta con cuidado y me acerque a la puerta entreabierta para descubrir el espectáculo que seguro estaba al otro lado.

No me equivoqué y te pude ver tumbada en la cama, con un cojín bajo tu cadera y con tus piernas y tu sexo completamente abiertas… en tu mano tenías mi bote de desodorante que introducías dentro de ti muy despacio, disfrutando de cada centímetro que entraba en ti, mientras con tu otra mano te acariciabas el clítoris muy despacio.

Tu cara reflejaba auténtico placer cada vez que el desodorante entraba completamente dentro de ti y dejabas que saliera lentamente de tu sexo quedando en el borde de tus labios, mientras que tu mano diligente lo volvía a introducir una vez más para repetir el proceso.

No pude aguantar más y decidí bajar mis pantalones, encontrando mi polla dura y erecta para empezar a masturbarme de forma inmediata, dejando que tus dedos sobre tu clítoris marcaran el ritmo de mi paja, disfrutando de cómo mantenías el bote dentro de ti y frotabas rápidamente tu clítoris con la yema de tus dedos, acercándote al orgasmo con cada caricia…


No pude aguantar más y entre rápidamente en el cuarto en el momento en que tu orgasmo se desencadenaba…. Eyaculando sobre tu sexo depilado y uniéndome a tu orgasmo, disfrutando de tus temblores y de cada espasmo que surgían de nuestros sexos y de nuestros cuerpos dispuestos a buscar nuevos placeres.

Seguiremos excitando...

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