sábado, 13 de noviembre de 2010

Tráiler on-line de Habitación en Roma de Julio Medem

Hace no mucho que descubrí la película de Julio Medem "Habitación en Roma". Por encima de su carga erótica (que la tiene), encontramos una preciosa y estrámbotica historia de dos desconocidas que coinciden en su última noche en la ciudad de Roma.

Argumento de Habitación en Roma

La historia nos llevará, por momentos, de la risa al llanto, de la sonrisa a la tristeza, de la ternura al más puro placer.

Poco a poco, ambas protagonistas abriran su mundo a la otra. Poco a poco irán ganando confianza y amistad y los temores se disiparán por unas horas, para volver con fuerza a medida de que el sol gana terreno a la noche y se alza poderoso en el cielo de la Ciudad Eterna.

Banda Sonora de Habitación en Roma. Loving Strangers de Russian Red

Russian Red es uno de los más preciosos descubrimientos musicales de los últimos años. La voz, sin igual y única, de Lourdes Hernández pone buena parte de la música de la película con su canción Loving Strangers.

Ver on-line corto de "Habitación en Roma"

Así pues, os dejo el corto de la película con la canción de Russian Red. Espero que lo disfrutéis.


Seguiremos excitando...



jueves, 4 de noviembre de 2010

Excitante jornada laboral

Te habías levantado excitada. Sentías sensaciones que hacía mucho tiempo que desconocías y que añorabas. Te limitaste a unas rápidas caricias en la ducha que lograron rebajar tu calentura matutina y tras elegir un conjunto de ropa interior cómodo y sencillo, te vestiste como siempre que ibas a la oficina.

Tras un primer cafe en la máquina con tus compañeros y empezar a ordenar el papeleo típico de cada día, no pudiste quitar la mente de él. Recorrdabas tus caricias solitarias de la noche anterior, pensando en cómo sería sentir su cuerpo sobre el tuyo, en como sería tener sus manos sobre tus pechos y su boca en tu clítoris, en el tacto de su pene entre tus dedos y en la fuerza de sus penetraciones en tu vagina.

Tu calor iba en aumento, sin pretenderlo, sin quererlo, sin poder evitarlo; irremediablemente tu vagina comenzó a mojar tu tanguita de forma abundante. Por si fuera poco sus primeros mensajes comenzaron a llegar a través del Facebook, convirtiendose en tu perdición y en una excitación más y más grande cada vez.

Sin poder resistir más, te levantaste de la mesa y rápidamente caminaste hacia el baño. Caminabas deprisa, no eras cápaz de resistir mucho más, cada paso te acercaba a tu objetivo, cada paso suponía un nuevo roce de tu tanguita con tu sexo ya empapado.

Entraste rápido y sin apenas mirar si había alguien, te encerraste en uno de los servicios. Cerraste la puerta y con un habil movimiento soltaste los botones de tus pantalones, permitiendo que el olor de tu excitación llegase a tu nariz; juntando tus piernas bajaste los pantalones que quedaron por debajo de tus rodillas.

Tu tanguita negro estaba pegado a tu vagina y el primer contacto de tu mano no hizo sino confirmar lo que ya sabías. Tu mano se poso sobre tu vientre y, rápidamente, comenzo a bajar por debajo del elástico. Tus dedos entraron en contacto con los labios ya hinchados y sin mucho miramiento, comenzaste a frotarte con el lateral de tu mano.

Poco aguantaste en esa posición y decidiste bajar del todo tanto tus pantalones como tu tanguita, para sentarte rápidamente en la taza y abrir tus piernas todo lo que pudiste.

Dos de tus dedos comenzaron a buscar tu clítoris entre tus labios y los primeros temblores fueron inmediados. Lo encontraste, pequeño y respingon. Comenzaste a trazar círculos a su alrededor, resistiendo tocarlo directamente. Cada nuevo circulo sobre tu clitoris era estas más cerca de un placer aún mayor, cada circulo te acercaba más y más a tu clitoris que iba en aumento, creciendo y estando más y mas gotdo.

Decidiste bajar a tu vagina. La tentación del clitoris era muy grande, pero tu cuerpo te pedía alog más fuerte, más duro y estabas dispuesto a darselo. Abriendo tus piernas lo máximo que podías, metiste dos de tus dedos, de golpe, hasta el fondo, sin compasión. Suspiraste al tiempo que sentías el placer de tus dedos dentro de tí. Decidida empezaste a meter y a sacar tus dedos. No te diste tregua y comenzaste a buen ritmo, con fuerza. Querías notarlos dentro de ti, disfrutando con cada entrada y salida y aumentando la velocidad a cada segundo.

Tu respiración era cada vez más agitada y luchabas con contener los gemidos y los suspiros que tus dedos te producian. Te levantaste y pegaste tu cara a la pared. Cargaste tu peso sobre tu pecho con las piernas abiertas. Notabas el frio de los azulejjos en tus pechos a través de la fina tela de tu blusa, y tu mano busco, de nuevo, tu vagina. Tus dedos volvieron a su lugar y sin problema recuperaron su ritmo.

Optaste por un tercer dedo y sentiste tu vagina llena, mientras con tu otra mano comenzaste a frotar tu clitoris. En esta ocasión, sin circulos, sin miramientos. Directamente. Tus dedos entraban y salían sin compasión, raudos y húmedos, resbalando entre los pliegues de tu piel, mientras la yema de tu dedo gordo apretaba una y otra vez tu clítoris.

Mordías tu lengua para no gemir, hasta que las olas de tu orgasmo comenzaron a surgir desde tu clitoris y tu vagina, inundando tu vientre y tu estomago primero, tu espalda después, invandiendo tu pecho y dominando tu cabeza mientras tus piernas eran objeto de mil temblores, estando a punto de perder el equilibrio.

Jadeante y sudada, te sentante de nuevo. Buscabas aire, aún jadeabas y tu corazon latía sin control. Olías tu mano, mientras satisfecha sentías palpitar tu clítoris que sobresalía entre los labios de tu vagina, mientras tus otros labios sonreían amplíamente.


Seguiremos excitando...